Llevo dos días muy rara. Algo se ha movido en mi interior. Un click ha accionado la palanca del miedo tras el accidente aéreo de la compañía germanwings. Lo sé. No es, ni será (desgraciadamente) el último accidente de avión. Pero, tal vez porque éste lo veo un accidente sencillo. Lejos de artefactos terroristas y estrategias políticas. Quizás sólo por el simple hecho de que hoy en día todos compramos billetes de avión con una espasmosa facilidad. Quizás sólo porque el miércoles volaba de Girona a Pescara y el domingo vuelta. Quizás porque éste también era un avión lowcost. De similares características. De similares circunstancias. De parecido recorrido, que los viajeros del vuelo 4U9525. Quizás sólo por pensar que podría haber sido cualquiera de las muchas personas que conozco. Quizás sólo por la humanidad de este accidente, me siento empatizar.

Esta foto fue tomada por Mr. Maple a petición de la presente, mientras sobre volábamos los Apeninos. Hoy quería hacer un post sobre nuestro viaje, pero me detuve en esta foto.

Lo cierto es que la vida se puede ir en cualquier instante. Todos lo sabemos. Lo cierto es que nunca estamos preparados para irnos. A no ser que no dejemos absolutamente nada. Y eso es dificil, pues todo el tiempo queremos tener o crear algo. Un amor. La familia. Un amigo.

La semana pasada a estas horas volaba ya hacia la boda de uno de mis mejores amigos. Y ahora sé que cuando uno es feliz todavía tiene más miedo al final de la vida. Pero la vida es esto. Es un momento más o menos largo que hemos de disfrutar.

Perdonen si no es el post que esperaban. A mí me ha ayudado compartirles cómo me siento. Mis condolencias a todos los que han perdido a alguien en este vuelo. Mi ánimo para todos, para que le saquemos el jugo a la vida. Y si no, no se pierdan el manifiesto de Lucía Be.

Siempre suya,

Mrs. Maple