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10 imprescindibles para sobrevivir en Japón

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Hace poco más de un mes estábamos en Japón, pero pudimos no haber salido vivos de allí. Después de haber pasado 15 días entre individuos de ojos rasgados, un calor más propio del Sáhara y trenes de alta velocidad, aprendimos unas cuantas lecciones que hoy les comparto. Si se deciden a visitar el país nipón no digan que no se lo advertí.

  1. Meta un paraguas en la maleta (o prepárese para comprar uno). Agosto y Japón son incompatibles. Cuarenta grados de sol a luna. No exagero. Después de tres días observando que los japoneses se refugiaban bajo grandes paraguas negros y no ver ni un nubarrón, comprendimos el motivo. Es vital para cruzar una calle si no quiere quedar fundido con el asfalto. Sin duda, hubo un antes y un después en nuestro viaje tras hacernos con el bendito paraguas. Uno con filtro UV y antiviento que compramos en el primer 7eleven de medio pelo que vimos.
  2. Contrate un pocket wifi.  Recuerdo con lucidez el primer impacto al llegar a Tokio. Salimos del metro en una pequeña calle y fue como si nos hubiesen cambiado de planeta. No entendíamos ningún símbolo. Las calles no tenían nombre. Acabamos inmersos en un mercadillo lleno de objetos de cerámica arrastrando maletas y sin saber a dónde dirigirnos. La misma escena se repetía cada vez que cambiábamos de hotel. Unas 6 veces. Después de conocer a varias parejas de españoles y verles usar el móvil sin descaro, nos enteramos de que todos habían sido salvados por un pequeño aparato móvil con wifi que llevaban en su bolsillo. Fundamental.
  3. Lleve suficiente efectivo. Aunque no se lo crean, en Japón uno se encuentra con la sorpresa de que en muchos sitios no admiten tarjeta de crédito. Incluidos restaurantes y templos. Así que, si no quiere quedarse a los pies de buda, haga acopio de unos cuantos yenes en la cartera.
  4. Consiga un Japan Rail. El transporte es una de las cosas más caras en Japón, pero si quieren recorrer parte de la isla es una compra imprescindible. Éste es un billete especial de tren sólo válido para extranjeros con el que podrá desplazarse durante 7, 14 o 21 días en todos los trenes que quiera. Una experiencia única lo de subir en shinkansen (tren bala) y disfrutar de los 500 km/h que es capaz de alcanzar.
  5. Siga la corriente. En Japón hay muchísima oferta gastronómica. Por suerte no todo es sushi y ramen. Yakitoris. Okonomiyakis. Takoyakis. Se verá perdido entre tanta variedad de comida y tanto restaurante. Un único consejo, vaya donde van los nipones (comida de calidad y barata) y caliente el dedo para señalar lo que desea. En un bar regentado y frecuentado por los aborígenes el inglés brilla por su ausencia.
  6. Descárguese un pequeño diccionario. Y es que aunque siga el consejo del punto 2, conseguir entender algún letrero o comunicarse tipo indio es vital. Aunque los kanjis nos parezcan simbolitos muy monos y nos hagan incluso gracia, no habrá manera de entender un carajo. アーメン
  7. Tenga cuidado con las preguntas. Los japoneses son tan serviciales que SIEMPRE querrán complacerle. Peligro!! a veces le pueden liar más. Aquí les recuerdo la experiencia en la papelería “loft” que les comentaba la semana pasada. Ríanse de mí. Y no se fíen de la primera respuesta, por poco acabamos en Sri Lanka al preguntar por una dirección.
  8. Lleve zapatos cómodos y fáciles de poner y quitar. Este fue uno de los grandes consejos que heredé de todos los amigos que ya habían visitado el país. No hice caso. Me costó reunir en un par de zapatos todas las virtudes: combinables, prácticos, cómodos y sin cordones. Pero lo cierto es que en muchos templos, hoteles y restaurantes es obligatorio descalzarse. Lo que comienza siendo una gracia acaba en tortura. Tras una veintena de veces quitándote la hebilla o desabrochándote los cordones te dan ganas de ir descalzo a todas partes.
  9. Lleve una bolsa para la basura. Otra de las lecciones que aprendimos tarde en Japón fue que para el Estado “tu basura privada no es un problema público”. Es misión imposible encontrar una papelera. He paseado vasos de Starbucks con mi nombre y una sonrisa durante más de tres horas por medio Kyoto. Un martirio si le sumas que necesitas una mano para la cámara y otra para sujetar el paraguas del punto número 1.
  10. No se preocupe por su atuendo exterior, pero sí por el interior. En Japón se lleva de TODO. No he visto combinaciones más raras en mi vida. O van todos de uniforme, camisa blanca y pantalón gris. O todo lo contrario. El anime se hace realidad en calles repletas de colorines. Así que si una mañana se planta unos calcetines y encima unas sandalias, no se preocupe, quedará totalmente desapercibido sin estar en Alemania. Sin embargo, no puede irse de Japón sin disfrutar de uno de los mayores placeres, el “onsen”. Un baño público estilo terma romana, separado por sexos, al que deberá acceder totalmente descubierto. Tenga cuidado de ir impoluto, porque seguramente se encontrará con las miradas achinadas de los orientales a los que no hay cosa que les llame más la atención que un occidental. Sin duda será la estrella. En bolas.

A pesar de todos estos peligros, vayan y disfruten de Japón, porque es un país INCREÍBLE al que merece la pena ir varias veces en la vida. Y ustedes, ¿han estado en Japón? ¿lo tienen como futuro destino?

Siempre suya,


Mrs. Maple 

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