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El adviento

adviento

 Seguramente por el título habrán pensado que me he vuelto a saltar el post de bodas de esta semana. Pero no, el caso es que hoy la cosa va de enlaces. Y de un adviento muy especial.

Me parece que todavía no les he presentado a mi hermana. Ese ser que vino al mundo para quitarme la exclusividad de hija única. La primera persona con la que me pegué. La primera persona a la que defendí por una injusticia cometida en el patio del colegio. La primera (y de momento la única) a la que puse nombre. Mi hermana fue mi primera mejor amiga. Una de las personas a las que más eché de menos durante mis largas estancias en el extranjero. Durante muchos años dormíamos en la misma habitación, y nos gustaba hablar con la luz apagada. A pesar de los 5 años de diferencia que nos distan y lo muy diferentes que somos, sé que ella es alguien que siempre está ahí, para lo que necesite, sin condiciones.

Y ella consiguió, una vez más, sorprenderme con un regalo muy especial para nuestra boda. Se lo comparto, porque igual a más de uno le da una idea. Mi hermana es más original que yo. Sin duda. Ella y su marido (mi cuñado favorito y no porque sea el único que tengo ;D) nos regalaron la furgo hippie que les enseñaba el otro día aquí.

Pero la cosa no quedó ahí. Un buen día me suelta sin delicadezas, que al día siguiente necesitaban venir a mi casa. Que abortáramos cualquier plan que tuviésemos, porque era de vital importancia. No me dio más datos. Incluso me asustó. Cuando por fin llegaron, venían más cargados que los Reyes Magos. Nos pidieron una habitación de la casa donde poder dejar las cosas, se encerraron y una hora más tarde descubrimos el pastel. Habían colocado en una pared un calendario de adviento con la cuenta atrás para la boda.

Cada día un regalo envuelto de la mejor manera posible hasta llegar al día final. Consiguieron mantener viva nuestra ilusión, como la de dos niños. Dejamos de pensar en la boda para pensar qué misterio descubriríamos al día siguiente. La única condición era esperar a estar juntos para abrir nuestro presente. Si coincidíamos en el desayuno, nos lanzábamos contra el paquete como si fuéramos dos señoras peleando por un sujetador el primer día de las rebajas. Otros días se complicaban y los pasábamos nerviosos hasta que caía la noche y por fin podíamos revelar la sorpresa. Pero la mayoría de veces, hacíamos medio trampas y alargábamos el sueño hasta que eran las 00:00 y dábamos por cumplida la condición.  Era el día siguiente y podíamos abrir nuestra siguiente sorpresa.

Entre los regalos había de todo. Cosas más sentimentales. Cosas que nos hicieron reír. Cosas para utilizar en la boda. Pero sobre todo cosas únicas.

foto boda The Maples

A punto de cumplir 7 meses desde la boda, aquel día no se nos olvida, pero los 30 anteriores tampoco.

Mrs. Maple

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