Ya no me voy a esconder. Yo al contrario que el Sr. Scrooge, estoy poseída por el fantasma de la Navidad. Mientras conduzco mi vida hacia el final de este año no puedo evitar mirar por el retrovisor. Todavía se ve mucho paisaje por detrás. Éste ha sido sin duda un año de los importantes. El año en el que me convertí en lo que soy para vosotros, la Sra. Maple.

La Navidad para mí empieza con un niño recién nacido luchando en el hospital. Con sus padres con el corazón encogido hasta conseguir verlo en casa. Fuerza Mateo!

Hoy es Nochebuena. Una noche en la que nos reunimos con el núcleo familiar fuerte. Donde echamos de menos a la gente que no está. Donde encontramos la excusa para no fallar y afrontar el día con alegría. Donde seguro que a pesar de los años cumplidos todos nos seguimos sintiendo un poco niños. Porque tener ilusiones es justo y necesario.

Hoy es día de mandar un mensaje profundo. No por quedar bien. Si no porque se quiere. Se desea. O se necesita.

Hoy es día de reír y de soltar alguna lágrima. De contar algún chiste. De hacer flotar algún recuerdo.

Hoy es día de ponerse guapos. Sin excusas. Con la sonrisa en la cara y el rojo en los labios.

Hoy es día de comenzar una Feliz Navidad. De las de verdad. No de las de frase hecha. No del decir por decir. Sí, una de esas que se sienten.

Hoy es día de dar besos, abrazos y de no mirar el móvil. De no abrir el mensaje del gato mandando algún tipo de chiste verde o cantando a grito pelao el Jingle Bells.

Hoy es día de mirar a los ojos de los demás y quedarse con el momento.

Hoy es día de ponerse un gin tónic, o un gin-gin, como nos gusta a mí y alguna de mis amigas 😉

Hoy es día de hacerse al ánimo. Pues la vida pasa. Para todos. Y los momentos hay que agarrarlos. ¿Agarraste este segundo?

Hoy más que nunca…siempre suya,

Mrs. Maple