Si lo desea antes de empezar a leer este post dele al play. Vuelva aquí y espere a que suene la música. Este es un experimento para el que necesitará exactamente tres minutos y veintiséis segundos. Si ustedes leen el post más deprisa que la música, quédense escuchando y disfruten.
Quizás si les pasa como a mí necesiten una banda sonora en su vida. Seguro que tienen más de una canción que les recuerda algún momento especial. Momentos emotivos. Momentos trágicos. Graciosos. Únicos. Dolorosos. El caso es que seguro que están de acuerdo en que la vida no tendría sentido sin la música. Pues a veces la música pone la «nota» a las imágenes. A veces a los textos. A veces habla por sí sola. Y a veces te levanta el espíritu hasta el punto de querer comerte el mundo y bailar hasta el amanecer. Bendita adolescencia! Sigue leyendo