No sé si acordarán de mí. No les culpo. Mis ires y venires con este blog, son de manual de primero de escapismo. Ya no me molesto ni en excusarme. Pero aquí estoy, para saldar la cuenta de todo aquello que no les he contado en este tiempo.

Hace unos meses les conté mi experiencia en el taller de acuarela para principiantes de gusososland. Aunque es cierto que aquel curso sirvió para experimentar bastantes cosas, tres horas no dan para mucho más, señores. Aquello sólo fue el destape de la caja de Pandora. Tenía ganas de saber más y pedía a gritos un taller que me dejara seguir experimentando y aprendiendo de nuestra maestra. Unos meses después, Raquel tenía montado un curso avanzado de acuarela de aúpa.

Más datos del programa aquí.

Las ventajas del taller era varias:

1.- Que era en casa de Raquel, un ático muy luminoso y acogedor en el que, gracias a Matías, una banda de jazz nos acompañaba al son de los pinceles.

2.- Un grupo reducido. Tan sólo cuatro alumnas, todas chaladas, que no pudimos hacer mejores migas. Compartimos anécdotas. Nos intercambiamos libros. E hicimos de terapeutas.

3.- Unos almuerzos de rechupete. Al final no sé si íbamos a clase por aprender más sobre las técnicas de acuarela o por engullir ese bizcocho de chocolate que nos esperaba a mitad de mañana.

Durante las clases pudimos aprender a contornear  y hacer trazos finos. También a reírnos fuera de la mesa para no mover a las demás y desafinar el pulso. A realizar entramados. Experimentamos con diferentes tintas, con lejía y sal. Hicimos dibujos a todo color y dibujos monocromáticos. Y nebulosas! sí! esas nebulosas que sólo ella sabe hacer tan especiales. Lo único que no hacíamos era los deberes, que Raquel nos ponía con ilusión todos los sábados, pero que nuestros quehaceres del #trabajoquenosdadecomer nos impedían acometer sesión tras sesión.

Sin duda ha sido una experiencia muy bonita, y aunque aún queda mucho por seguir aprendiendo, aquí les muestro algunos ejemplos de lo que fuimos capaces de hacer durante el transcurso de las clases.

Si quieren seguir mis avances con la acuarela, será mejor que me sigan también por instagram. Como ya habrán podido comprobar soy incapaz de actualizar el blog todo lo que quisiera, pero la inmediatez de esa otra red social, cubre mis ausencias entre tanto.

Aprovecho para mostrarles también la lámina que envié a la ganadora del primer concurso-aniversario de Hello Mrs.Maple!, Mari Lorente (patchcreu), que decidió que quería regalársela a su sobrina Laia y me envió una foto de la pequeña para que me sirviera de inspiración.

Siempre suya,

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Mrs. Maple 🙂