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Minutas de boda y algo más

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Hoy de nuevo es martes de boda. Ayer me debatía muy mucho sobre qué tema tratar en esta ocasión para el martes de gala. Conocedora de que unos cuantos de mis lectores ya se han casado, he decidido traer un tema que igualmente puede resultar atractivo para las fechas que se avecinan.

Ya les adelantaba aquí, que lo mágico y bonito de una boda es notar los detalles que han puesto en ella los novios. Hacer girar todo en torno a un tema, o quizás alguna idea más simple pero trabajada. Lo mas importante, a mi humilde parecer, es seguir una estética.

En nuestro caso, aprovechamos el trabajo de diseño que habíamos realizado para hacer la invitación, y continuamos con los mismos dibujos y logos en las minutas. Todavía recuerdo que un amigo nuestro con mentalidad de empresario, nos dijo “habéis hecho un trabajo de branding perfecto”. No me sentó mal que nos hubiera comparado con una empresa. Al contrario. Entendí que apreciaba que le habíamos puesto nuestra “marca” a todo aquello pensado e ideado por nosotros. Las horas y los minutos invertidos valieron la pena, sólo por ver las cosas tal cual las habíamos imaginado.

Una idea que tal vez les sirva, es utilizar la minuta a modo de tarjeta de agradecimiento. Los Maple, aprovechamos para colocar una frase especial en la cara principal que encontraban boca arriba cada uno de los invitados, y por la otra se detallaba el menú que los asistentes iban a degustar.

Yo al principio era un poco cateta para esto de las bodas. Me pasó una vez que al sentarme en el hueco que me habían dispuesto y ver la lista interminable de cosas que íbamos a degustar, se me hizo la boca agua. Poco duró la alegría. Me quedé descompuesta cuando el camarero apareció con la primera bandeja con lo que parecía el plato número 14 de la lista. Todavía recuerdo una vocecilla aclararme que todo aquello que allí ponía era lo que acabábamos de degustar en el cóctel. Se ve que en el transcurso de ir al mingitorio y acicalarme la melena había perdido media cuenta de canapés y otros manjares. Así que cuando llegó la ocasión decidí que en mi boda no le causaría este trauma a nadie y separaría las minutas. Unas específicas para la parte del cóctel y otras para el momento de la cena. ¿Para que restregarle por las narices al invitado de turno que había croquetas de boletus con queso parmesano gratinado sobre salsa romerescu y que quizás había tenido la mala suerte de no pescar ninguna?

Para gustos, colores. Como les digo lo más importante es que sigan una estética fiel al resto de la boda. Quizás el restaurante donde van a realizar el convite tenga ya el modelo de minutas establecido y no les dejen personalizar, pero muchos se han sumado a la corriente #DIY y ya permiten hacer diseños de las artes finales al gusto. Les dejo unos cuantos modelos de minutas  y una sorpresa final, para que puedan lucirse estas fiestas.

1. VERSIÓN CRAFT. Cuerda, cintas, pinzas, etiquetas de color pizarra. Se usan colores marrones y pardos.

2. VERSIÓN MODERNA. Basadas sobre todo en grafismos que sintentizan y ordenan la degustación.

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3. VERSIÓN CLÁSICA. Intentando no caer en la típica tarjeta de color crema y las letras en cursiva. Una versión ligera, elegante y con un toque vintage. Se utilizan mucho los colores pastel.

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¿Se han encontrado con alguna minuta curiosa en alguna boda?

Que tengan buen martes!


Mrs. Maple

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