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Una boda con invitados internacionales

Aunque todos estemos pensando ya en el 25 de diciembre, fun fun fun, hoy en este humilde blog es martes de boda. A mí la Navidad me produce un centrifugado de sentimientos y bien me da un subidón tremendo y saco el reno que llevo dentro, que me de un bajón de los grandes y me paso el día llorando purpurina. Debe ser por eso que hoy en mi tópico MARTES DE BODA venía yo a contarles el cóctel de sentimientos tan grande que tuve para mi día B.

Resulta que hace unos años me encontraba yo acabando la carrera y con unas ganas de comerme el mundo tremendas. No sé muy bien cómo llegué a plantarme con un proyecto final de carrera y unas cuantas asignaturas en Bolonia. Siempre había sido la típica niña a la que le daba un poco de miedo alejarse demasiado de sus padres. Nunca fui de campamentos, y hasta que no llegué al instituto no me quedaba a dormir en casa de nadie. Por eso, dar el paso de salir de casa para vivir sola en un país extranjero fue una revolución para mí. Y para mis padres, que no se lo creían. Como el Erasmus me satisfizo poco, cuando empecé el doctorado quise hacerlo europeo. Dos estancias más en Leuven (Bélgica) y Perugia (Italia) me valieron el pin de ciudadana europea.

De esta trayectoria de mi vida podría contarles miles de anecdotas (y amenazo con hacerlo). El caso es que cuando llegó el momento de la boda me planteé que quería que al menos los que consideraba hermanos de pasaporte, estuvieran acompañándonos en un día tan especial. Y así fue. Todas las invitaciones cumplieron asistiendo al enlace de los Maple. Y fue increíble. Gentes venidas de Dilbeek (Bélgica), Cardiff (Inglaterra), Abruzzo (Italia), Sicilia (Italia), París (Francia) y Ufa (Rusia). Unidos a la congregación de españolitos de buena parte de la geografía, que lo dieron todo.

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Ojo, que tener invitados extranjeros en una boda complica un poco la historia. Para empezar, los besos no se dan hacia el mismo lado. En Italia se dan justo al revés, así que te puedes llevar más de un morreo involuntario. Pero hay más diferencias. Muchas. Muchísimas que nosotros no sabíamos. Todavía no hemos tenido el placer de asistir a ningún enlace transfronterizo. Ignorantes pensamos que más o menos todas las bodas eran iguales. Ni por asomo. A lo forasteros los teníamos alucinados y no entendían un carajo de lo que iba a pasar a continuación. Casi una hora de ceremonia en castellano, llena de bromas e ironías, que intentaban como buenamente podían tratar de entender. Para más inri la boda tampoco es que fuera una boda al uso. Estoy segura de que además de los foráneos, alucinaría más de un compatriota. Así que, por si alguno de mis lectores se encuentra en la situación de tener embajadores de otros países, les cuento algunos detalles que tuvimos con ellos y algún que otro fallo que podrán evitar.

1. HAZ UN ESQUEMA DE CÓMO ES “TU GRAN BODA ESPAÑOLA”. Estaría bien que informaran con antelación a sus invitados no autóctonos de cómo van a ser los pasos de la boda sin tener que ir directamente uno por uno para explicarles lo que va a pasar, o presentar a los invitados que hablen la misma lengua antes de llegar a la fiesta. En nuestro caso aprovechamos para organizar una pequeña cena la noche anterior al enlace para contarles un poco lo que iba a suceder y que los que iban a estar en la misma mesa se conocieran. Aquella cena fue cuanto menos particular. Aquello parecían los juegos reunidos. O unas olimpiadas. Más de 5 lenguas difentes en una mesa de una quincena. Tras 4 copas de sangría todos hablábamos lo mismo. Aún así unas instrucciones por escrito y para disponer en el momento de la boda no vendrían nada mal.

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2. MENSAJE DE BIENVENIDA. Importantísimo que se sientan atendidos y no desorientados. Intente buscar a algún invitado de su proximidad, familiar o amigo apañao que hable al menos inglés para recibir a los invitados. Nosotros teníamos que trasladar a los invitados en autobús hasta el lugar de la ceremonia y banquete. Así que echamos mano de un amigo vivido, que había hecho también su Erasmus en Italia para que estuviera pendiente (grazie caro). 

3. TEN DETALLES CON ELLOS. Piensen que igual que todos los invitados han hecho un esfuerzo grande por estar con ustedes en ese día tan especial, en este caso todavía han tenido que gestionarse más. Reservas de vuelos. Traslados. Dejar a sus familias arregladas durante unos cuantos días. Cualquier pequeño detalle que se note dirigido a ellos se lo van a agradecer. Los Maple decidimos colocar unas flechas con las direcciones de todas sus ciudades y los kilómetros que distaban hasta ellas. Verles haciéndose fotos y venir emocionados a decirnos los errores que habían cometido en el salón al escribir los nombres de la ciudades, no tiene precio.

Además dejamos a cada invitado una estrella con su nombre y una dedicatoria. En el caso de los foráneos tradujimos estas frases a cada uno de sus idiomas. La más complicada, en ruso.

4. AVERIGÜEN SI COMEN DE TODO. En este caso la competición la tenemos ganada. La comida española es la mejor. Sin duda. Está claro que si tuvieramos que pensar sólo en los amigos extranjeros hubiésemos hecho una boda en base al tridente (bravas, calamares y sepia). Eso no hay #topchef que lo destrone. La idea que se nos ocurrió fue hacer un cuestionario online en el que preguntábamos a los invitados si tenían algún tipo de alergia/intolerancia, o había alguna cosa que no comiesen por desdén o por creencia. Aquí es donde hubiese estado bien (no lo hicimos) hacer una minuta más infográfica como las que les mostraba aquí o haber conseguido traducir (en inglés) esta información para ellos.

5. LA MÚSICA DE LA FIESTA. Está claro que en una  boda la música que sonará después va a gusto de los novios, pero hay que intentar que haya un poco de todo para que la gente se divierta. Imaginénse además de tener que pensar en temazos internacionales que los de fuera puedan conocer y bailar. Los temas estrellas fueron: la macarena, el aserejé y atención… Los Pajaritos de la mítica María Jesús que vaya si la conocían. Resulta que la canción es belga. Aunque para bailar “Paquito el Chocolatero” a golpe de tacón y comparsa mora tampoco tuvieron problema.

Si tienen la oportunidad de contar con un elenco de invitados dignos del mejor festival de Eurovisión, no duden en seguir estos consejos.

Siempre suya,


Mrs. Maple

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